
¿Cuáles son las funciones de un educador infantil?
18/06/2025 - Educación Infantil
Artículo redactado por: David Prados
Tiempo de lectura aproximado: 6 mins
Índice de contenidos:
Ser educador infantil es mucho más que una profesión: es una vocación. Las funciones de un educador infantil abarcan desde el diseño de actividades educativas hasta el acompañamiento emocional y la atención a las necesidades de cada niño en su etapa de desarrollo. Son tareas esenciales que favorecen el crecimiento integral de los más pequeños dentro y fuera del aula.
Porque ser educador infantil no es solo enseñar, es ayudarle a descubrir el mundo, a explorar, divertirse y aprender. Es guiar, observar, animar y cuidar con esa mezcla de vocación, alegría y paciencia que hace de la infancia un lugar seguro.
¿Qué es un educador infantil?
Un educador infantil es un profesional que se encarga de acompañar, guiar y estimular el desarrollo integral de niños y niñas en sus primeras etapas de vida, especialmente entre los 0 y los 6 años. Su labor se centra en crear entornos seguros y educativos, fomentar la autonomía, promover habilidades sociales y emocionales, y colaborar activamente con las familias y el equipo pedagógico. En otras palabras, un educador infantil es mucho más que un profesional: es un tejedor de historias que acompaña a los más pequeños en sus primeros pasos por el mundo. Guiandolos con vocación cada descubrimiento que hagan sobre el mundo que les rodea...
Principales funciones de un educador infantil
Como indicaba Maria Montessori, artífice del método Montessori, primero debemos alejarnos de la imagen tradicional de la educación, esa donde el profesor tiene todo el control y los niños son meros receptores de conocimiento. El niño está en el centro, dándole libertad para explorar y aprender según su propio ritmo e intereses. Entonces, ¿cuáles son las funciones del profesional de la educación infantil?
Diseñar programas educativos adaptados a la etapa infantil
Crea aventuras de aprendizaje, llenas de colores, texturas, canciones y juegos que despiertan la curiosidad y el asombro.
Observar y evaluar el desarrollo de los niños
Como quien observa crecer una flor, presta atención a cada gesto, palabra y mirada para entender cómo florece cada niño. Esta función, menospreciada en muchas ocasiones, es la base que contiene todas las demas funciones y que va a determinar muchas actuaciones del profesional. En la educación infantil de algunos países como Alemania, la observación es uno de los “mandamientos” diarios de la educación infantil.
Fomentar la autonomía y las habilidades sociales
Enseña a abrochar el abrigo, a compartir juguetes, a decir "gracias" y "lo siento"... pequeños actos que construyen grandes personas.
Acompañar emocionalmente en el proceso de aprendizaje
Está ahí cuando hay llantos, dudas, logros o risas. Es consuelo, ánimo y celebración. Su presencia da calor.
Crear entornos seguros y estimulantes
Convierte la clase en un bosque encantado, una casita de juegos, una isla de cuentos. Todo preparado para explorar sin miedo.
Comunicar e implicar a las familias
Comparte las aventuras del día con madres y padres, creando puentes de confianza que unen escuela y hogar.
Colaborar con el equipo pedagógico
Forma parte de una tribu que trabaja unida, compartiendo ideas y miradas para acompañar a los peques desde todos los ángulos.
Atender necesidades educativas especiales
Abre caminos para que todos puedan avanzar, adaptando el cuento, el ritmo y la melodía a cada niño/a
Funciones según la etapa: de 0 a 3 años y de 3 a 6 años
Rol del educador infantil de 0 a 3 años
En esta etapa, el educador es el primer gran referente más allá de casa. Da ternura, rítmo, contacto y mucha calma. Establece rutinas como cuentos antes de dormir, juegos suaves tras la siesta y melodías que acunan.
Funciones en el segundo ciclo de infantil (3-6 años)
Aparece la magia del lenguaje, la cooperación y los juegos simbólicos. El educador invita a jugar a ser maestro, a cocinar, a construir castillos con palabras. Se fomenta la amistad, la expresión y la imaginación.
Habilidades y competencias clave en educación infantil
Empatía y escucha activa
Escucha las emociones escondidas entre lágrimas, risas y silencios. Entiende lo que no se dice con palabras.
Creatividad, innovación y juego didáctico
Transforma una caja en un tren, una tela en un refugio y una piedra en un tesoro. La fantasía está siempre presente.
Comunicación con niños y adultos
Sabe encontrar la palabra justa, el gesto cálido, la mirada que tranquiliza. Conecta con grandes y pequeños con naturalidad.
Gestión emocional y paciencia
Es refugio ante la tormenta, calma cuando el día se vuelve largo, sonrisa cuando las cosas no salen como se esperan.
Formación y perfil profesional del educador infantil
Para trabajar como educador infantil se necesita, como mínimo, el Grado Superior en Educación Infantil. También es habitual contar con titulaciones universitarias como Magisterio en Educación Infantil. Además, la formación continua, el dominio de idiomas (especialmente si se quiere trabajar en el extranjero) y la experiencia previa son muy valorados. Pero sobre todo, se necesita corazón: una vocación de cuento, ganas de construir infancias felices y la pasión de quien cree que la educación transforma el mundo desde la base. Conocer las funciones de un educador infantil es asomarse a una profesión donde la ternura se mezcla con la pedagogía, y donde cada día se escribe un nuevo capítulo en la historia de la infancia de cada niño presente en esta aventura.